Artista multidisciplinar de origen libanés, pintor y bailaor.
El arte siempre ha sido la pasión de mi vida
El cuerpo proporciona placeres y dolores, tristeza y alegría, pero es un compañero presente en todas las facetas de la vida, desde la más mundana, relacionada con el erotismo, hasta la más espiritual, como ideal de belleza.
El desnudo artístico ha sido una constante en toda la historia del arte, desde la prehistoria hasta nuestros días. El ser humano ha sentido desde siempre la necesidad de profundizar en su esencia, de conocerse a sí mismo, tanto en el aspecto exterior como interior.
Los artistas han buscado frecuentemente una excusa temática para poder representar desnudos, otorgándoles un significado generalmente relacionado con la mitología grecorromana, a veces, con la religión.
Hasta mitades del siglo XIX , el pene es sin embargo el objeto de un cierto pudor, y aparece atrofiado o bien disimulado bajo cualquier drapeado,correa o funda de espada sutilmente colocados.
Hoy en día, tenemos la libertad de pintar el cuerpo entero desnudo, sin la necesidad de ocultar ningún detalle.
Toni Bejjani representa a sus hombres, desnudos, en momentos muy íntimos y en posturas atrevidas, sin tabúes. Todo con una libertad expresiva absoluta, rompiendo las imágenes convencionales y todas las normas.
La serie: Hombres dioses
Corona de espinas, acrílico sobre papel Canson, 100x70cm
Rey, acrílico sobre papel Canson, 100x70cm
El fauno, acrílico sobre papel Canson, 100x70cm
Toni Bejjani crea un mundo de fantasía en que se idealiza el cuerpo del hombre.
Los desnudos masculinos , un tema recurrente del artista, se convierten en seres míticos y divinos, seres de otro mundo.
Sus músculos están pintados exageradamente para acentuar su virilidad.
Sin embargo, sus cuerpos vigorosos contrastan con sus miradas dulces y melancólicas.
La serie: Hombres con faldas
Sin título 17, técnica mixta, 44x34cm
Sin título 16, técnica mixta, 49x39cm
Sin título 22, técnica mixta, 49x43cm
Mujeres con pantalones y ¿hombres con falda? ¿Por qué no? Vivimos en una era donde las fronteras entre los sexos tradicionales se diluyen. En la obra de Toni Bejjani los hombres se visten de mujer sin perder su virilidad, con el marcado erotismo que caracteriza sus obras.
El artista mezcla en esta serie dos de sus grandes obsesiones: la búsqueda de la belleza, no lejos de los cánones clásicos hoy en día encarnados en los modelos de publicidad, y la estética flamenca.
La serie: Reinas, Vírgenes Y Santos
Virgen, técnica mixta, 52x43cm
San Sebastián, técnica mixta, 54x36cm
Salomé con la cabeza de San Juan, técnica mixta, 44x36cm
Vírgenes, santos, y algunas figuras históricas y literarias, se encarnan, a través de la personal visión del artista, en cuadros en los que se mezclan conceptos clásicos con una iconoclasia transgresora. Así, las muñecas y muñecos de nuestra infancia resucitan a una nueva vida y, revestidos de suntuosas telas, se convierten en personajes reconocibles que no serán del gusto de todos.
La serie: Ícaro, hombre con alas
Ícaro verde, pastel óleo sobre papel, 30x21cm
Ícaro rojo, pastel óleo sobre papel, 30x21cm
Ícaro con alas azules, pastel óleo sobre papel, 30x21cm
Desde el 2010 hasta el 2014, Toni Bejjani aborda el tema de Ícaro, el hombre con alas.
Volando...libre...sin tabúes...el artista, como si de Ícaro se tratase, viaja hacía un nuevo mundo, a través de los cuerpos masculinos representados, y expresa su sexualidad, su desnudez y su libertad.
La serie: Desnudos masculinos
Hombre con fondo amarillo, lápiz sobre papel, 30x21cm
Grupo de hombres, lápiz sobre papel, 30x21cm
Hombre con fondo rojo, lápiz sobre papel, 30x21cm
En esta serie, el artista representa sus desnudos simplemente dibujados con pocas líneas y usando uno o dos colores.
Aquí el volumen de los cuerpos y la perspectiva son sustituidos por líneas claras y limpias, resultado de un trazo rápido y seguro, sin perder expresividad.
La serie: Casas de Sevilla
Cielo con lunares, pastel óleo y acrílico sobre papel, 50x47cm
Casas con cielo oscuro, acrílico sobre papel, 50x47cm
El barrio Santa Cruz, acrílico sobre papel, 50x41cm
En 2004 Toni Bejjani llega a Sevilla y se queda fascinado por la arquitectura árabe-andaluza que encuentra en la ciudad y que le recuerda a su país natal, el Líbano.
Las casas, el cielo azul, las estrellas, las cúpulas de las iglesias y las barandillas forjadas...todo se disuelve en un baile de formas y colores.